En el fascinante mundo de la biotecnología, la congelación y criopreservación de células emerge como una técnica crucial para la preservación de la vida. Este proceso implica el almacenamiento de células a temperaturas extremadamente bajas, generalmente en nitrógeno líquido a -196°C. La criopreservación permite que las células mantengan su viabilidad y funcionalidad durante largos períodos, abriendo un abanico de posibilidades en la investigación médica, los tratamientos de fertilidad, y la conservación de especies en peligro. Desde células madre hasta gametos y tejidos, esta técnica asegura que las muestras biológicas estén disponibles para su uso futuro sin perder sus características esenciales.